Variables de la apuesta
Hay 3 variables comunes a toda forma de apuesta:
- Cuánto se apuesta, (el depósito inicial, en forma de dinero o bienes de valor).
- La predictibilidad del evento, que puede manifestarse:
- Mediante un sistema mecánico o electrónico, como las loterías, las máquinas tragaperras y el bingo. En este caso los resultados serán aleatorios y no puede extraerse ninguna conclusión —suponiendo que la maquinaria funciona como debe— a partir de la observación de su funcionamiento.
- En formas no mecánicas de juego, por ejemplo apuestas deportivas o carreras de caballos. En éstas sí existe cierta predictibilidad, de la que se sigue que cierta experiencia o conocimiento del entorno puede incrementar las posibilidades de éxito.
- Los beneficios acordados entre las dos (o más) partes implicadas en la apuesta; si hay una casa o un croupier los resultados están diseñados para, de modo perfectamente legal, favorecerlo.
El valor esperado, positivo o negativo, es un resultado matemático obtenido a partir de estas variables. La cantidad invertida determina la escala de un depósito individual; los beneficios y la cantidad apostada determinan si el balance es favorable, la predictibilidad determina las probabilidades de éxito de la apuesta. Finalmente, la frecuencia de resultados positivos multiplicado por los beneficios menos la cantidad invertida equivale al “valor esperado”. La habilidad del jugador reside en su comprensión y su manipulación de esas tres variables, de modo que el “valor real” sea positivo tras una serie de apuestas.